RESEÑA. DIEGO VENTURA

Dos vueltas al ruedo en una noche de raza y maestría

+ Nuevo ‘no hay billetes’ y nueva exhibición de capacidad y buen toreo a caballo de Diego Ventura

Diego Ventura encontró un alto grado de exigencia en Lisboa. El público de Campo Pequeno trató a Diego como lo que es: una figura del toreo en España y Portugal, y le midió censurando el más mínimo error. Esa dura actitud fue suavizándose a medida que le vieron torear y los que en principio le estaban esperando terminaron entregados.

Abrió la temporada lisboeta con el negro Demonio, con el que puso dos ferros compridos, muy de frente dando el pecho, cargando la suerte y toreando con el caballo desde la cabeza hasta la cola. Con este caballo dio dos extraordinarias pasadas llevando siempre al toro toreado y sometido, para ello se valió de su sombrero.

Para las primeras banderillas utilizó a Sueste, que mostró la calidad de su toreo batiendo siempre a pitón contrario y toreando con pureza, rectitud y elegancia. El toro a mitad de faena empezó a venirse a menos, lo que hizo que la gente se enfriara un poco. Solicitaron un palo de regalo que fue concedido y lo ejecutó con Revuelo, toreando de frente y adornándose con piruetas a la salida de las suertes. El público lo premió con una aclamada vuelta al ruedo.

Su segundo fue un toraco de Murteira de 624 kilos. Lo paró con Triana, siendo espectaculares los recortes con la grupa para atemperar al animal, realizados con pureza y elegancia en el centro del ruedo sin que el caballo perdiera nunca el ritmo ni se descompusiera, puso dos ferros y toreó admirablemente con las banderas.

En banderillas sacó a Nazarí, que toreó muy bien de costado, aunque aquí el toro empezó a mostrarse más reservón y perder algo de transmisión. Puso cuatro palos con Nazarí dándole todas las ventajas al toro y toreando con rectitud con pureza, con elegancia y por ambos pitones en las pasadas. Después de una gran actuación, el público solicitó un palo más que al final fueron tres, todos realizados con Distinto, que puso al público en pie por su extraordinaria ejecución plantándose en los medios esperando la embestida de un toro reservón que ponía la emoción ante la quietud del caballo y la arrancada fuerte y violenta del burel que el caballo sorteaba con un elegante quiebro.

Ficha:

Plaza de toros de Campo Pequeno (Lisboa): lleno de no hay billetes.

Se lidiaron toros de Murteira Grave: buenos destacando 3,4,y 6.

Rui Fernandes, vuelta y vuelta.

Diego Ventura, vuelta y vuelta.

Marcos Tenorio, vuelta y vuelta.

 Informa: Toromedia