¡QUÉ SEA PA´BIEN…! POR CARLOS BLANCO

 

Veinte de Noviembre del 2011. Una fecha histórica. Se acaba en España la dictadura de José Luis Rodriguez Zapatero. Estas cosas solo pasan un 20 – N. 

De ante mano quiero y debo admitir mi más sincera admiración a un señor (título que dudo que merezca) que ha estado 8 años en la Moncloa sin ningún argumento. (Si exceptuamos aquel 11 – M, argumento de peso, que cambió el devenir de España). Es mucho tiempo engañando a una gran masa popular, por lo tanto… ¡Algo tendrá!

Es cierto que la crisis económica es mundial y que seguramente daba igual quien estuviera en la Moncloa, que se la hubiera “comido” igualmente, pero también es cierto que tengo un sobrino de cinco años que hubiera podido gestionar la situación mejor que el ex presidente de España.  

Dicen algunos expertos, que el primer paso para un enfermo es saber y reconocer su enfermedad y nosotros tardamos más que nadie en reconocer la crisis, por lo tanto, saldremos los últimos. 

Vamos a lo que nos concierne.  El Dictador ZP, ha liderado un gobierno que ha prohibido los toros en Cataluña y siguiendo la campaña electoral que acaba de terminar creo que podía haber sido peor (Twitter de Rubalcaba). Seguramente deberíamos afrontar muchas fechorías de este tipo, pero quiero un ensayo taurino y relativamente corto. Podría escribir durante meses… El presidente del Talante y la Tolerancia se cargó un espectáculo, que sin entrar a valorar como es, gusta a miles de aficionados. 

Fíjense que barbaridad voy a decir por intentar entender a semejante panda… Puedo entender que quieran abolir la fiesta, que no la consideren suya, que les joda el termino Nacional, pero viendo los números que genera, lo mejor era no tocarla en esta época. Una decisión así genera paro, mejor dicho, más paro, genera pobreza entre miles de personas que se dedican en exclusiva o tiempo parcial a la fiesta de los toros. Simplemente, no era el momento.

Espero que el cambio sea pa´  bien y los nuevos mandatarios cumplan sus promesas. España debe ser libre, la gente quiere y debe elegir si ir o no a la plaza, busquemos soluciones para generar empleo y no para destruirlo. Yo no recojo firmas para que prohíban lo que a mí no me gusta, simplemente no voy.

Señores, quédense en su puta casa.